Tras el análisis llevado a cabo sobre métodos periciales en desuso en el artículo anterior, como el método morfolétrico (también llamado gramatomórfico, morfológico o formal) así como el método caligráfico y el método grafológico, continuamos la exposición sobre el método grafométrico y el método geométrico-estructural o de la proyección geométrica.
MÉTODO GRAFOMÉTRICO
De su origen etimológico, grafométrico se refiere a la medición de la escritura. Por tanto, el método valora la escritura en base a sus mediciones. Antes de continuar, se ha de plasmar una clara diferenciación. En pericia caligráfica nos referimos al método grafométrico cuantitativo, diferente al método grafométrico empleado en la Psicología de la Escritura denominado cualitativo. El método grafométrico empleado en la Grafopsicología o Psicología de la Escritura de Marco Marchesan, define la Grafometría o método grafométrico como sigue:
«Como complemento o ciencia auxiliar al sistema gráfico se emplea la grafometría, que mide y pondera cada trazo escrito relacionándolo con un baremo de tipo estadístico, por lo tanto todo signo gráfico pasa por una observación grafométrica, calculando la intensidad y frecuencia. La unidad de medida que se emplea en grafometría es el centígrado. Las mediciones grafométricas están hechas en décimas de milímetro que después son transformadas en centígrados (cg.).»
Desde la pericia caligráfica, el método grafométrico puede llevarse a cabo de diferentes formas. Un primer método grafométrico fue el empleado por Alphonse Bertillon en Francia que, tras el famoso Caso Dreyfus, fue descartado por completo debido a sus múltiples errores. También se estableció por Pierre Humbort un método grafométrico en los inicios del Siglo XX.
Pero el método grafométrico cuantitativo fue llevado a cabo por Persifor Frazer, continuado por Langenbruck y llevado a la práctica por Edmond Locard. De forma escueta, podemos resumir el método en la medición de aquellos elementos que permiten ser medidos en longitud y angulosidades así como la proporcionalidad entre ellos, sus imágenes poligonales, contornos, sus paralelismos grammáticos, etc.
Todas estas mediciones se llevan a un proceso estadístico representado en una gráfica, verificando sobre esta, las semejanzas o no de las grafías. Un completo artículo realizado por Francisco Álvarez Sánchez, Teniente Coronel de la Guardia Civil retirado, ex Jefe del Centro de Investigación y Criminalística CIC) y Experto en Análisis de Documentos, expone claramente la crítica y evaluación que nosotros, desde el Gabinete Pericial LMPeritos, avalamos por completo sobre este método, recomendando su lectura completa.
Tanto Albert S. Osborn, en Estados Unidos, como Edmond Locard en Europa, concretamente en Francia, aplicaron la grafometría. Mientras el primero estableció instrumentos de medida y plantillas aplicadas al análisis gráfico, Locard estableció “un método que tiene por objeto descubrir en las falsificaciones por disimulación, y en las por imitación, los caracteres cuantitativos proporcionales que definen un escrito y que el falsario no modifica porque no son aparentes”. Por suerte para todos, su propia experiencia le infundió el convencimiento del fracaso del método.
Partiendo de la primera crítica realizada por Edmond Locard, donde ya indica que el método no es aplicable a todos los casos, y pasando por todas las posteriores hasta el día de hoy -unido a la necesidad de disponer de gran cantidad de muestras-, el método tiene la capacidad de complicar lo sencillo, existiendo métodos mucho más fáciles de aplicar, sin tantas trabas ni requisitos para su aplicación, aparte de más eficientes a la hora de abordar todo tipo de cuestiones gráficas a las que un perito se puede enfrentar.
Lo que sí es de reconocer es la aplicación de la grafometría en el ámbito grafopsicológico cuyo análisis se efectúa de forma cualitativa permite obtener datos estadísticos concretos para el análisis al que se enfoca el estudio.
MÉTODO GEOMÉTRICO-ESTRUCTURAL O DE LA PROYECCIÓN GEOMÉTRICA
Las bases de la grafometría cualitativa, establecida a principios del siglo XX por Pierre Humbert, fueron llevadas a la práctica en la identificación de grafías manuscritas por el perito alemán W. Langenbruch.
El curioso método, apenas vigente, sigue siendo defendido y empleado por la Universidad de Wroclaw, en Polonia, el cual se basa en el cuestionado “Principio de la constancia de los valores proporcionados de la escritura”.
Su fundamento está en el trazado sobre los grafismos en estudio de una red de líneas auxiliares o de cierre con las que se forman figuras geométricas complejas, supuestamente constantes en cada individuo. Aunque nació proscrito, todavía hay quien intenta hacerlo renacer.
En artículo posterior centraremos su análisis en las metodologías que, a día de hoy, sigue empleando el perito calígrafo.
Luz María Pastor Vázquez | LinkedIn | Facebook
Perito Calígrafo y Documentóloga (Analista Forense de documentos), Grafopsicóloga, Lingüista Forense y Experta en Propiedad Intelectual.
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