Iniciamos este artículo sobre la pericia caligráfica, partiendo del estudio necesario de las bases neurocientíficas de la escritura: su origen, su transmisión y los entes involucrados en su ejecución.

El perito calígrafo precisa conocer todas estas cuestiones para llevar a cabo su trabajo en las condiciones técnico-científicas idóneas y objetivas que requiere su profesión.

Sin el gran cerebro complejo que dispone el ser humano –producto de la evolución biológica– no podríamos disponer de las capacidades cognitivas que nos permiten reconocernos ante un espejo, ni tampoco podríamos haber desarrollado las estrategias culturales que nos han permitido adaptarnos al medio. Una de estas estrategias es, sin duda alguna, el lenguaje y, posteriormente, cuando inventamos los primeros sistemas de escritura.

GRAFÍSTICA O GRAFOSCOPÍA

El método grafoscópico o conjunto de técnicas de observación y reconocimiento no presenta grandes diferencias al método grafocrítico, grafonómico o al análisis que efectúa la grafotecnia o la grafística, de los cuales puede tomarse como sinónimo, aunque su mayor diferencia está en el empleo de nuevas tecnologías y el uso de instrumentos ópticos, más allá del clásico cuentahílos y lupas, para el auxilio pericial. Más que un método es un conjunto de técnicas de observación y reconocimiento de las estructuras caligráficas auxiliada de medios técnicos instrumentales.

Precisamente por ello y a pesar de no ser considerado como método al uso por algunos autores, es un compendio de otros métodos, tomando de ellos lo mejor para realizar una correcta organización de todos los elementos de estudio con el fin de llegar a conclusiones fidedignas, habiendo descartado elementos de nulo fundamento que se valoraban en otros métodos, para centrarse en el detalle, entre otras cuestiones, de los elementos idiosincráticos de la escritura (también llamados habitualismos gráficos o gestos-tipo), los verdaderos identificadores de un autor, por ser movimientos gráficos inconscientes y automáticos, difíciles de captar muchos de ellos y de imposible imitación otros, como no sea variando la velocidad o la presión, lo que les haría perder su dinamismo y espontaneidad propios de las grafías autógrafas y automatizadas. Por las mismas razones son de difícil omisión en la automodificación.

En todos los métodos indicados, incluido este que tratamos ahora y que será el que practiquemos con mayor frecuencia en nuestro trabajo profesional, se analiza la morfología general de la escritura, lo que vendría a ser los elementos constitutivos de Val Latierro. Comprende también el estudio de los gestos-tipo, semejantes a los elementos invisibles del método grafocrítico y a los elementos extrínsecos e intrínsecos del método scopométrico.

gráficos nos permite obtener muy buenos resultados en todo tipo de estudios periciales pues identifica firmas o escrituras auténticas, falsificaciones por automodificación o imitación en todas sus variantes, permitiendo incluso la identificación del autor de una falsificación.

El método se ayuda de instrumentos de amplificación de imagen como son lentes de aumento, microscopios, el empleo de la fotografía -en especial el uso de la macrofotografía-, digitalización de imágenes, así como la fotocomposición, yuxtaposición o superposición de imágenes con software de tratamiento de imágenes, para lo que es preciso conocer de estas técnicas en el desarrollo del trabajo pericial a realizar.

A todo lo anterior se ha de acompañar, por regla general, también el estudio del soporte, un estudio documentoscópico del mismo para descartar cualquier anomalía física o química que evidencie cualquier alteración documental que cambie el sentido de su contenido, afectando por tanto a su autenticidad. Este estudio documentoscópico nos permite ampliar el conocimiento del documento, y no solo de las grafías involucradas, permitiendo con ello realizar un completo estudio, tanto grafotécnico, término este último que consideramos sinónimo a la grafoscopía, como documentoscópico.

En el caso de este Gabinete Pericial, como veremos a continuación, es mayoritariamente empleado el método grafoscópico o el conjunto de técnicas que lo componen, cuya evolución a lo largo de los años de ejercicio profesional nos ha permitido incluir en su desarrollo elementos inicialmente descartados por las metodologías de las que parte dicho método grafoscópico o conjunto de técnicas, y que consideramos de gran relevancia en muchos casos.

CIENCIA Y GÉNESIS DEL ACTO ESCRITURAL

El afianzamiento del acto de escritural viene dado por varios adiestramientos previos, partiendo de la necesidad de tener que asimilar el lenguaje oral y transformarlo en una representación gráfica. Entre estas habilidades, que deben interactuar de forma simultánea, hablamos de la adquisición del lenguaje, la semántica, la fonética, la ortografía, la sintaxis, la forma, entre otras.

Desde el ámbito de la neurociencia, el acto de escribir es el conjunto de dichas habilidades, que recorrieron un largo proceso de aprendizaje, conformando redes neuronales que permiten realizar, prácticamente de forma inconsciente, una reproducción, moldeando en un soporte aquello que uno piensa o siente.

Esquivando profundizar en la neurociencia y en los orígenes científicos e históricos del acto escritural, la escritura se inicia desde el ámbito de lo consciente, dependiendo de la voluntad para ser suscrita. Aun cuando intervienen múltiples factores que influyen en su ejecución, tras un inicio consciente pasa a ser, de forma natural y sin la intervención o deseo de manipularla o falsearla, un hecho plenamente automatizado por nuestro cerebro.

La coordinación física y mental del escribiente ha de ser plena para el correcto funcionamiento de una de las capacidades más elaboradas y complejas que puede llevar a cabo el ser humano: la escritura.

La escritura se constituye como una característica plena del ser humano que, con el paso de la práctica y habitualismo escritural, queda esculpida en el cerebro permanentemente, lo cual permite reproducir un gesto gráfico automatizado que evolucionará con el propio individuo por cuanto la escritura entra en gestación, nace, crece, se desarrolla y acabará con el propio ser del que forma parte.

LA PERICIA CALIGRÁFICA Y LA ESCRITURA

Conocer los orígenes neurobiológicos de la escritura es esencial para el buen hacer de un perito calígrafo. En palabras del maestro y Calígrafo Público Nacional argentino, D. Jorge Luis Mora:

«Para el caso de la Pericia Caligráfica, la Plasticidad Neuronal viene a confirmar el indudable valor que tiene el análisis y cotejos del grafismo como medio de prueba para establecer autenticidad, y por otra parte, nos permite incorporar ahora nuevas bases científicas a los principios elaborados por nuestros celebres precursores.

La misma importancia vale para los estudios de la personalidad en la Grafología o para el estudio sobre las alteraciones de la escritura provocadas por distintas enfermedades, en la Grafopatología.

En el marco de nuestra especialidad, distintos autores, introducen correctamente en sus libros, conocimientos sobre la neurofisiología del acto de escribir, que son de suma importancia en nuestra labor pericial y que se contraponen con algunas voces en contrario con el único argumento de que no es necesario tener esos conocimientos.

Ante esta última situación, uno se puede preguntar: “¿Cómo podemos analizar escrituras sin preocuparnos en saber cómo funciona nuestro cerebro en el momento que se ejecutan los grafismos?

Sin embargo, a nadie le puede extrañar, por ejemplo, que un piloto de autos sepa la mecánica y el funcionamiento de un motor. Incluso ¿Puede alguien manejar un auto a altas velocidades sin preocuparse por saber la mecánica que genera esas velocidades?

Seguramente muchos pilotos no serán eximios mecánicos, pero las escuelas de pilotos de automovilismo (lo pueden ver en distintos países), tienen entre sus materias el conocimiento sobre el funcionamiento del motor.»

Sabemos que cualquier alteración en los orígenes fisiológicos y psicológicos de la escritura conllevará, también, en mayor o menor medida, alteraciones en los grafismos que se ejecuten, pudiéndose, incluso impedir la ejecución de la escritura.

Igualmente, en el plano de lo inconsciente, la escritura proyecta, a lo largo de la ejecución de sus grafismos (ubicación, forma, calidad y cantidad de los mismos) las tendencias caracteriales que definen la personalidad del individuo, por cuanto manifiesta sus características y peculiaridades, cuyo ámbito de estudio cubre la Grafopsicología y la Grafología.

Las características personales que cada autor introduce en cualquier escrito durante la elaboración de su automatismo originan el gesto gráfico, o lo que es lo mismo, el estado de automatización individual es su resultante gráfica.

Para ello, el perito calígrafo debe estudiar, captar y analizar, con aplicación de la ciencia y metodología adecuada y actualizada, todo aquello sometido a la influencia del cerebro del autor de un texto o firma, cuya forma no será modificada por el útil escritural, si este es apto, es decir, si no impide el desarrollo normal de los movimientos generados.

No cabe duda, por tanto, que el acto de escribir es extremadamente complejo pues en él intervienen mente, cuerpo y medios materiales que lo fijen.

El autor de un escrito vuelca en él toda su riqueza psíquica, su contenido emocional, así como trastornos o dificultades físicas que le aquejen, sin obviar lo ya comentado sobre las características propias del útil escritural, el soporte y postura empleados, entre otros. Todas estas cuestiones quedan asentadas como elementos de interés y estudio pericial caligráfico.

Dentro de una misma persona se darán variantes: por el hecho de escribir sentado, de pie, reclinado,… entre otros muchos aspectos relacionados pero cada individuo actuará dentro de unos parámetros idiosincráticos que se reflejarán tanto en un escrito vertical de una pared como en el plano gráfico horizontal de un papel. Negar, en definitiva, la idiosincrasia del gesto gráfico sería como negar la existencia de la personalidad individual del ser humano.

«La escritura en cada individuo es única, en la que se manifiesta la idiosincrasia de su autor»

Como principio fundamental de la escritura, admitido universalmente y constituyendo, a su vez, una de las bases fundamentales en el análisis forense de documentos:

No se conoce la existencia o posibilidad de que existan dos escrituras iguales. Grafismos SEMEJANTES, en muchos aspectos, , pero IGUALES o idénticos, NUNCA.

«De dos firmas (o grafismos en general) exactamente iguales, una de ellas, al menos, es falsa»

De ello surge que el perito calígrafo tenga como premisa la siguiente ley grafocrítica:

Por ello, la falsificación de una firma o la automodificación de la misma jamás serán perfectas, siendo muy complicado que pasen desapercibidas para el perito calígrafo, salvo por impericia profesional o mala fe, cuestiones estas que podrían generar, al menos, un artículo al respecto.

Para el estudio de las cuestiones identificativas de grafismos y/o firmas, se ha de tener en cuenta pues que la escritura es, inicialmente, un acto volitivo -y por tanto consciente-, pero con predominio posterior del subconsciente, lo que explica la permanencia y fijeza de las peculiaridades gráficas. A medida que el individuo evoluciona, transmite a su grafismo sus pulsiones -por tanto actúa el inconsciente-, quien ocasionará la deformación de la escritura respecto del modelo caligráfico aprendido, dependiente de las tendencias innatas y adquiridas, generando un modelo propio y en constante evolución con el individuo.

luzdivina maria pastor vazquez
Luz María Pastor Vázquez | LinkedIn | Facebook
Perito Calígrafo y Documentóloga (Analista Forense de documentos), Grafopsicóloga, Lingüista Forense y Experta en Propiedad Intelectual.

luzmariapastor@LMPeritos.com
Tel. +34 650427558

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