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Luz María Pastor Vázquez | LinkedIn | Facebook

Continuando con el artículo anterior, exponemos a continuación las reservas y carencias a tener en cuenta en un documento en fotocopia frente a la idoneidad de los documentos originales.

CONDICIONANTES DEL DOCUMENTO EN FOTOCOPIA PARA SER PERITADO

En el ámbito de la Pericia Caligráfica –Grafística, Grafotecnia, Grafoscopia, Grafocrítica o cualquiera de los términos relacionados-, es especialmente importante entender que una fotocopia – o reproducción similar- no es un original, ni siquiera cuando la fotocopia o reproducción sea impresa a color, por muy buena calidad que posea.

Desde el punto de vista estrictamente pericial, una fotocopia nunca podrá ser objeto de un estudio integral del documento, ni de los grafismos manuscritos, ni del documento en sí mismo, más aún cuando su calidad dependerá, en gran medida, de las condiciones y cualidades de impresión.

Dicho de otra forma, una fotocopia no permitirá obtener resultados fehacientes en cuanto a la posibilidad de disponer o no alteraciones fraudulentas previas para su obtención final como documento ni podrá analizarse el grafismo en sí mismo con la misma precisión que permitiría un grafismo original en cuanto a la composición estructural, formal e idiosincrática de los elementos que lo conformen. Habrá casos en que sea posible observar alteraciones fraudulentas en ellas pero, en la mayoría de los casos, las observaciones encontradas serán indiciarias.

Toda fotocopia es susceptible de ser producto de una alteración fraudulenta previa.

Una fotocopia nos impide estudiar lo que podríamos denominar como la tercera dimensión del grafismo o texto mecánico impreso, esto es, la profundidad de la presión ejercida. Aun siendo un elemento estructural de cualquier grafismo, que puede llegar a ser común, a nivel general, en diferentes personas, representa una característica muy completa que nos permite categorizar el elemento en estudio, así como los subgéneros de la presión que se puedan ver alterados: tensión del trazo, calibre, profundidad, contorno, relieve,…

Vinculado con ello, al no poderse observar la presión ejercida, no podremos valorar el ductus documental, es decir, no podremos comprobar la presencia del surco dejado en el papel o soporte documental, todo ello teniendo en cuenta que dependerá de la calidad de la fotocopia o reproducción. Al no poder conocer este factor, no se podría saber si el grafismo en cuestión (normalmente una firma) ha sido manuscrita o bien insertada mecánica o digitalmente.

Entre otras cuestiones, la ausencia de surco en un documento original, puede ser indicio de una fotocomposición mecánica o digital lo que afectaría a la valoración pericial que se llegase en caso de que se pudiese demostrar, aunque fuese de forma indiciaria, que la firma hubiese podido ser realizada por su supuesto autor ¿Qué valoración puede tener un dictamen pericial realizado sobre fotocopia en el que se concluye que la firma puede ser de su autor sin poder valorar la posibilidad de que haya sido realizada manuscritamente o no? Y si pudiese haber sido tomada de otro documento legítimo para ser insertada en el documento en cuestión, ¿La conclusión de autoría por parte de su autor sería adecuada?

Tampoco podremos conocer, fehacientemente, la velocidad ejercida a la hora de ejecutar un grafismo y, muy a menudo, el sentido o movilidad del trazado a la hora de ser realizado, lo que puede ofrecer características muy interesantes en el estudio pericial. Igualmente, no se podrá observar con precisión los levantamientos del útil escritural, las escrituras o grafismos no entintados,… incluso valorar el tipo de útil escritural empleado, especialmente si la calidad de la fotocopia es muy deficiente.

Otra cuestión importante que se ha de tener en cuenta en el estudio de una fotocopia es que su calidad de reproducción está directamente ligada con las condiciones de impresión con que se haya reproducido por lo que se verá afectada con el método de impresión (Ink Jet, láser,…); el uso, antigüedad y mantenimiento del dispositivo de impresión (fotocopiadora, impresora multifunción,…); la calidad, gramaje y composición del papel; calidad de la tinta empleada; la condición de ser primera fotocopia del original o la enésima fotocopia de fotocopia;…

Se une también la imposibilidad de verificar alteraciones, que pueden ser de origen fraudulento, a la hora de trabajar con documentos en fotocopia. Como ya se comentó anteriormente, nos impide realizar el estudio integral del documento.

documentos originales en el trabajo
DIFERENTES CONDICIONES DE FOTOCOPIADO, EN BLANCO Y NEGRO, A PARTIR DEL ORIGINAL ESCANEADO EN PRIMER LUGAR.

Habitualmente, los documentos en fotocopia disponen de grafismos o firmas mezclados o insertados con otros múltiples elementos: escritura mecánica, doblados del papel, cruces con otras formas o grafismos, intersecciones con sellos y un largo etcétera que impiden valorar la firma de manera independiente y limpia. Es por lo dicho que los ejemplos expuestos son fotocopias de elementos sin impedimentos externos que se crucen o mezclen con estas firmas, lo cual impediría aún más que la propia calidad de la misma, su estudio.

Bien es cierto que una fotocopia puede permitirnos observar indicios de alteración, dependiendo de la habilidad que haya tenido el falsificador, pudiendo ser a veces, muy evidentes, pero, por regla general, una fotocopia imposibilita observar borrados, raspados, lavados, añadidos o modificados diversos que hayan podido alterar el contenido y significado de un documento.

«Toda reproducción en fotocopia genera modificación del contenido intrínseco o primigenio, ya sea incorporando máculas de tinta o suprimiendo parte de líneas, imágenes o grafías»

Reimundo Urcia
Perito Calígrafo del Perú

Continuando con la exposición de Fernando López Peña, sobre la que comentamos en la primera parte de este artículo, en su libro La Prueba Pericial Caligráfica:

«Para establecer hasta dónde puede llegar el peritaje caligráfico en esta cuestión, debemos diferenciar dos posibilidades:

1) que los elementos externos o formales, es decir, los que pueden ser observados en una fotocopia, tengan importancia o trascendencia pericial suficiente para fundar una conclusión negativa de igualdad de autoría;

2) que esos elementos formales, estructurales o externos, sean concordantes con los indubitados que se tienen para comparación.

El primer caso no ofrece mayores dificultades, ni por técnica ni por lógica, para que el perito se expida por la negativa en forma más o menos concluyente, según las posibilidades que el caso ofrezca y actuando en consecuencia.

El segundo caso, en el que los aspectos externos indicarían la concordancia de autoría entre las escrituras cotejadas, es decir, cuándo sería posible una conclusión positiva, es el que generalmente ofrece dificultades para una definición pericial, por razones sencillas e irrefutables: cuando el perito constata que existen concordancias, o aun semejanzas y siempre que el trazado no sea burdamente realizado en cuanto a su soltura o velocidad, debe tener en cuenta la posibilidad de una falsificación por composición, trucado fotográfico, o hecha con cuidado por un falsificador más o menos hábil; en ese supuesto debe pensar que es probable que el espesor del trazo oculte o presente detenimientos y retomas anormales, retoques disimulados, rastros de lápiz previos al trazado, etcétera. Debe pensar también que la fotocopia puede alterar de alguna manera otros elementos que pueden ser de gran importancia, como por ejemplo, una adulteración química o mecánica, y debe pensar que se lo convoca para dar una opinión estrictamente fundada en la técnica y no simples pareceres pasibles de ser refutados.

El criterio del perito informará cuáles son sus posibilidades y sus limitaciones para fundamentar la necesidad ineludible de actuar según las normas expuestas; se recuerda que puede haber falsificaciones de sellos, de impresos de cheques, de escrituras mecanográficas o computarizadas, etcétera, hechas mediante dibujos de extraordinaria meticulosidad y asombrosa exactitud, y que las evidencias de esa maniobra sólo pueden ser observadas usando el microscopio para analizar el espesor o el cuerno del trazo, lo que es totalmente imposible en una reproducción fotostática y aun fotográfica.

Además, resulta obvio que una investigación pericial sobre fotocopias tendrá diferente tratamiento si se trata de una firma o si se trata de un texto con alguna extensión. La capacidad y la prudencia del perito darán las pautas que puedan fundamentar su posición al respecto, y su criterio deberá fundamentarse para que el juez decida según las normas de la sana crítica.»

CONDICIONANTES DEL DOCUMENTO ORIGINAL PARA SER PERITADO

Por el contrario, un documento original nos podrá permitir un estudio integral del documento, con el análisis y verificación del ductus documental así como la presión ejercida y los subgéneros que la componen, determinar la condición original de las firmas y/o de sus grafismos manuscritos, al igual que el análisis al completo del documento, a fin de demostrar o no la presencia de alteraciones en el mismo.

«No toda manipulación genera falsedad y no toda falsedad es constitutiva de delito»

Gonzalo Velásquez Posada
Perito Calígrafo de Colombia
Presidente de SIPDO Internacional

Aun cuando podamos presenciar alteraciones en un documento, el perito siempre ha de tener presente que la valoración de un dictamen pericial, tanto sus conclusiones como en los estudios que en él se contengan, es cuestión exclusiva del Juez o Magistrado ante quien se aporte dicho dictamen, sin caer el perito en valoraciones que no le correspondan.

A pesar de lo dicho, no serán pocas las veces que tengamos que realizar trabajos periciales sobre documentos en fotocopia o reproducción, fundamentalmente por la ausencia o inexistencia de documentos originales, pero siempre se habrá de tener en cuenta los condicionantes que conlleva trabajar con este material, tanto en lo plasmado en este artículo como en muchas otras cuestiones que no se han podido exponer con profundidad en el mismo.

A ello se une la múltiple jurisprudencia, relativa al uso de fotocopias, que en España afecta, pero en ningún caso perjudica, al trabajo pericial, especialmente en el ámbito caligráfico y documentoscópico, de lo cual hablaremos en otro artículo. Luzdivina María

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