Patologías que afectan a la escritura: La grafología como espejo de la salud
La grafología forense puede ser una herramienta invaluable para analizar la influencia de patologías neurológicas y degenerativas en la escritura. La mano y el cerebro están intrínsecamente conectados y cualquier alteración en el sistema nervioso central suele reflejar, de manera tangible, en la forma en que una persona escribe. Este artículo se centra en cómo enfermedades como el Párkinson, el Alzheimer y otras demencias dejan su huella en la escritura.
La huella de la enfermedad en la escritura
La escritura, o grafismo, es un acto motor complejo que requiere la coordinación de numerosas áreas del cerebro. Por ello, las enfermedades que afectan al sistema nervioso, ya sea en el ámbito motor o cognitivo, alteran significativamente el trazo, la presión, el tamaño y la fluidez de las letras… Un perito grafólogo o un especialista en grafopatología puede identificar estas anomalías y proporcionar información valiosa que complementa el diagnóstico médico.
Párkinson y la micrografía
El Párkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema motor. Sus síntomas más conocidos son los temblores, la rigidez muscular y la lentitud de movimientos (bradicinesia). Estas manifestaciones tienen un impacto directo en la escritura, pudiendo generar un fenómeno característico conocido como micrografía.
- Micrografía: El tamaño de las letras se reduce progresivamente a medida que la persona escribe. Lo que comienza como un texto de tamaño normal se va volviendo más pequeño e ilegible hacia el final del párrafo. El escribiente con Párkinson puede generar una escritura micrográfica con el objetivo de intentar controlar su grafismo en movimientos más pequeños a sus habituales, con el fin de intentar controlar sus temblores.
- Temblores: El trazo se vuelve irregular, con movimientos en zigzag, temblorosos y tortuosos que son visibles bajo un microscopio. La línea no es uniforme, sino que presenta pequeñas oscilaciones que delatan la falta de control motor.
Rigidez y Presión: La rigidez muscular dificulta el movimiento fluido de la mano, lo que a menudo se traduce en un aumento de la presión sobre el papel, con trazos más rectos y angulosos, perdiendo la curvatura natural de la escritura y generando movimientos poligonales y desestructuración
Alzheimer y la desconexión cognitiva
El Alzheimer es una enfermedad que afecta principalmente a las funciones cognitivas, como la memoria, el razonamiento y el lenguaje. La escritura de una persona con Alzheimer refleja esta desconexión entre el pensamiento y la expresión escrita, especialmente en etapas avanzadas de la enfermedad.
- Dispersión y Desorganización: La escritura pierde coherencia. Las palabras pueden estar muy separadas entre sí, las frases se mezclan y, a menudo, se omiten letras o palabras completas.
- Deterioro de la Ortografía y Gramática: La persona olvida las reglas gramaticales y ortográficas que antes dominaba, lo que resulta en errores recurrentes.
- Regresión: El grafismo puede volverse más simple, asemejándose a la escritura de un niño. Los trazos son más lentos e inseguros.
- Agnosia Gráfica: En etapas avanzadas, la persona puede tener dificultades para reconocer y reproducir letras o palabras, lo que lleva a una escritura ininteligible o a garabatos.
La grafología puede revelar la evolución del deterioro cognitivo, mostrando un patrón de declive progresivo en la calidad de la escritura.
Demencias en general: Un espejo de la degeneración
Además del Alzheimer, otras formas de demencia (vascular, con cuerpos de Lewy, frontotemporal, etc.) también impactan en la escritura de manera distintiva:
- Demencia Vascular: Afecta el flujo sanguíneo al cerebro. Esto puede causar variaciones bruscas en la escritura, con períodos de gran coherencia seguidos de otros de deterioro repentino, reflejando el daño cerebral intermitente.
- Demencia Frontotemporal: Afecta a la personalidad y la conducta, pero también al lenguaje.
La escritura puede mostrar un empobrecimiento del vocabulario, repetición de palabras o una simplificación extrema de las frases
La grafología como herramienta complementaria
Es importante recalcar que la grafopatología no reemplaza el diagnóstico médico. Su valor reside en ser una herramienta complementaria que, a través de la observación de la escritura, puede dar pistas sobre la progresión de una enfermedad neurológica.
En el contexto legal, el análisis de la escritura de un testamento o un poder notarial puede ser crucial para determinar si el testador se encontraba en plenas facultades mentales en el momento de la firma. Un perito puede emitir un informe que, basado en el análisis del grafismo, determine si el autor de un documento presentaba signos de una patología que afectara a su capacidad de juicio o su voluntad.
En un estudio pericial caligráfico, donde las firmas dubitadas a analizar son antiguas y el material indubitado que se aporta de cotejo está realizado, a día de hoy, por persona con afectación neurológica en el sentido de las enfermedades comentadas, con el apoyo de la Grafopatología se puede determinar si las firmas dubitadas fueron efectivamente realizadas por la misma persona que, años después, terminase por sufrir una patología neurodegenerativa que ha desestructurado su grafismo como para, a simple vista, parecer una firma falsificada.
En definitiva, la escritura es mucho más que una simple forma de comunicación. Es una ventana al cerebro, un mapa que, si se sabe interpretar, puede revelar la compleja red de patologías que afectan al ser humano